viernes, 25 de octubre de 2013

Sociabilizar...

He llegado a casa después de una noche de fiesta, un cumpleaños. En la fiesta, como en todo en la vida, uno al principio observa la situación y después actúa. Yo actué, mucho.

Después de la cena, los regalos y las presentaciones (no concia a casi nadie) llego el momento álgido de la noche. La discoteca. Un invitado trajo un equipo y empezó a pinchar temas superantiguos, grupos como Camela, himnos españoles y flamenquito. En ese momento, con todas esas señoras mayores bailando con nosotros, con sus hijas, con los camareros y las copitas que ya empezaban a hacer efecto, sonó “Sobreviviré”, el temazo de Mónica Naranjo. Divisé a mi amiga (la que más conocía en la fiesta y, a partir de la cual conocí a todos los demás) y empezó el espectáculo. Ella y yo, solos en la pista, la familia del cumpleañero y de mi amiga y los demás amigos sacaron sus móviles y empezaron a grabarnos, hicimos un playback de ese himno con baile y todo, no estaba ensayado, no estaba pensado y salió superbien. Al acabar, todo el mundo estaba encantado con nosotros y se animaron a bailar. Fue una noche genial.

¿A qué viene esto? Sencillo. Cuando uno va a un evento así, una fiesta de 18, debe ir con ganas de fiesta y no a sentarse en una silla esperando que sea la hora de irse. Yo, en esa fiesta, no conocía ni a la  mitad de los invitados y pensé: “Hay dos opciones: quedarse en un rincón y morirse de asco o sociabilizar”. 
Sociabilice, a lo mejor demasiado, pero fue un éxito. Lo que yo no soporto es la gente que va a una fiesta a aburrirse, para eso, no vas.


Así que, antes de ir para aburriros, inventaos una excusa, no nos engañemos, todos nos hemos puesto “enfermos”, nos ha surgido una “cena familiar” o hemos tenido cualquier problema ficticio que nos ha impedido ir a ese evento que teníamos tantísimas ganas de ir, tantas que teníamos el traje preparado desde hacía una semana. 

viernes, 18 de octubre de 2013

Lazos De Sangre

La familia, por definición, es el grupo de personas más importantes en la vida de una persona pero, paradójicamente, ese grupo de personas nos viene dado desde nacimiento, exceptuando nuestros hijos o la familia política.

Yo, personalmente, no soporto esa situación, el típico “sois primos, os tenéis que querer” o el “ya, pero es tu madre/padre/tío/tía/hermano/hermana…”. Creo firmemente que el cariño que se le tiene a una persona no depende de lazos de sangre, no creo en lo que se llama la sangre por la sangre.

En mi opinión, cualquier persona que te demuestre un nivel de confianza elevado, que te acompañe en momentos duros, que este allí siempre para lo que sea y por la cual te preocupas y le tienes un cariño que, al no compartir información genética, se ha tenido que ganar, es tu familia.

Mi familia es grande, muy grande, tanto que tengo primos segundos (o sea los hijos de primos de mis padres, no sé si es el termino correcto pero siempre les he llamado así) a los que ni siquiera conozco y otros que, sinceramente, preferiría no conocer. ¿En serio debo sentir cariño por ellos? ¿De verdad tengo que querer a esa gente con la que no comparto absolutamente nada?

No, no creo que deba y no, no me siento mala gente por no sentir aprecio hacia esas personas. Para mí, el hecho de que sean de mi familia, no es más importante que el color de su pelo o el número de pie que calzan. Me da igual.


Para mí, está muy claro quiénes son mi familia, algunos forman parte de mi familia “oficial” y otros no, pero tienen la misma o más importancia en mi vida y, de hecho, creo que deberíamos ser libres para incluir y excluir a las personas que queramos de ese grupo y para aceptarles o no a los que decidan incluirnos en su grupo familiar, un grupo que, al igual que la amistad, debería ser de libre elección y no impuesto.

viernes, 11 de octubre de 2013

Esto es The Hole! Bienvenidos A Mi Agujero!

El día 20 de septiembre a las 21:30 estuve en  el teatro Coliseum. Fui a ver The Hole, un espectáculo que hacía más de un año que estaba en cartel en Madrid y que, ahora, empezaba a girar.

Después de ver videos, entrevistas, documentales y de más, cuando en la página anunciaron que se realizaría en Barcelona corrí a comprar las entradas. Eso fue en abril.

Llegó el gran día y allí nos plantamos mi madre y yo, de negro los dos. Empezó el show con la gran Vinila Von Bismark, a partir de ahí, los Mayordomos, las Supernenas, Pony Loco, La Terremoto de Alcorcón (como maestra de ceremonias), Almon, Super Gold, Dylia, Dúo Flash y Gynoid captaron mi completa atención, sin olvidarnos de Cristóbal.

No voy a describir lo que vi porque no me parece bien y porque creo que hay que verlo para saber lo que es. ¿Incluye desnudos? Si, tanto femeninos como masculinos, pero es más que eso, mucho más.

The Hole representa la vuelta del antiguo cabaret, un espectáculo sarcástico, divertido, provocativo pero sin caer en lo obsceno o vulgar, con grandes dosis de humor y de números que cortan la respiración, acrobacias imposibles, números musicales magistrales, coreografías geniales y todo un elenco maravilloso que, a los que les guste el humor descarado, los que amen el burlesque, el humor y, en general, es espectáculo puro y duro, les va a cautivar como a mí.


Muy recomendable y recordad: Para salir del agujero, hay que entrar en el agujero.

viernes, 4 de octubre de 2013

Pienso... Luego... ¿Existo?

En estas semanas he tenido unos días bastante ajetreado, de hecho, entre la Universidad y compromisos sociales no he parado.

Tengo que confesar una cosa: me encanta la vida social. Puede resultar superficial, pero soy así, no hay más.
En el fondo, tener vida social y estar de nuevo en acción (a nivel de estudios) me va muy bien, no me deja tiempo para pensar. Pensar, en mi opinión, está sobrevalorado.

Por lo menos en mi caso, cuando hay tiempo libre, me dedico a pensar, a pensar en todo y en nada a la vez, pienso y pienso y llego a conclusiones toxicas para mí mismo. El caso contrario es cuando estoy en época escolar y encima tengo compromisos, en esos momentos no me da tiempo a pensar en cosas tan “profundas” y, en consecuencia, soy mucho más feliz.

Los problemas, si uno no piensa en ellos, no es que desaparezcan pero dejan de importar y, poco a poco, se olvidan.

Por propia experiencia puedo afirmar que, si no se piensa, si se actuar mecánicamente o se mantiene a la mente ocupada en cualquier cosa que sea entretenida, uno vive mejor, sin preocuparse por nada y, en definitiva, con mayor calidad.

Esto, por supuesto, no es una postura radical, en ningún caso defiendo ser un descerebrado que se dedica a ir de fiesta sin pensar, no. Me refiero a que es más cómodo mentalmente no cuestionarse cosas muy profundas, hay gente, sin embargo, que siempre se cuestiona estas cosas y les gusta. Olé por ellos.


En serio, no tengo nada en contra de esas personas que siempre se cuestionan temas muy profundos e intensos, simplemente, me aburre. Creo que se puede ser una persona interesante sin comentar todo el tiempo lo infinito que es el universo, lo dura que es la vida, lo bonito o feo que es el amor y demás.